¿Por qué me duele la tripa si no tengo nada? La conexión entre vísceras, estrés y columna vertebral

Muchas personas acuden a consulta diciendo lo mismo: “Me he hecho pruebas y todo sale bien, pero sigo teniendo molestias abdominales.”
Dolor difuso, hinchazón, acidez, sensación de pesadez o movimientos intestinales alterados sin una causa médica clara.

¿Y si el problema no estuviera solo en el sistema digestivo?
En esta entrada te explicamos cómo la osteopatía visceral puede ayudarte a mejorar estos síntomas, restaurando el equilibrio interno del cuerpo.

 

El abdomen: un segundo cerebro que también somatiza

El sistema digestivo está estrechamente vinculado con el sistema nervioso autónomo, responsable de regular funciones involuntarias como la digestión, la respiración o la frecuencia cardíaca.

Cuando estamos bajo estrés, ansiedad o tensión crónica:

  • Se altera la motilidad intestinal (estreñimiento, diarrea o alternancia)

  • Se reduce la secreción de enzimas digestivas

  • Aumenta la sensibilidad visceral (todo molesta más)

  • Se producen adherencias, espasmos o bloqueos en la movilidad de órganos

Además, los órganos abdominales están en constante relación mecánica con la columna vertebral, el diafragma y la pelvis. Una disfunción en alguno de estos sistemas puede reflejarse en el otro.

 

¿Cómo actúa la osteopatía visceral?

La osteopatía visceral se basa en la idea de que los órganos necesitan poder moverse libremente para funcionar bien.
El osteópata utiliza técnicas manuales suaves para detectar y liberar tensiones en órganos como el estómago, intestinos, hígado o útero.

🔹 Se mejora la movilidad y vascularización del sistema digestivo
🔹 Se libera tensión en ligamentos y fascias que unen los órganos a la columna
🔹 Se trabaja el diafragma, cuya función es clave en digestión y gestión del estrés
🔹 Se calma el sistema nervioso parasimpático, favoreciendo la reparación natural

El resultado: menos dolor, mejor digestión, más energía.

 

¿Qué dice la evidencia?

Aunque todavía se están realizando estudios clínicos más amplios, ya existen publicaciones científicas que avalan el uso de la osteopatía visceral en:

  • Mejora de los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII)

  • Reducción del dolor abdominal funcional en niños y adultos

  • Beneficios en casos de reflujo gastroesofágico o acidez recurrente

  • Alivio del dolor lumbar crónico relacionado con disfunciones viscerales

Además, muchos pacientes experimentan una mejora emocional al tratarse desde un enfoque global.

 

¿Qué puede esperar el paciente?

Una sesión de osteopatía visceral comienza con una anamnesis detallada:
hábitos de vida, alimentación, historial emocional, antecedentes quirúrgicos, etc.

Después se realiza una exploración manual para valorar la movilidad y tensiones viscerales, y se aplican técnicas suaves pero profundas.

En muchos casos, también se integran otras técnicas osteopáticas:

  • Estructural (columna, pelvis, diafragma)

  • Craneal (regulación autonómica)

  • Postural (relación entre órganos y postura)

Cada sesión es única y se adapta al estado del paciente.

 


 

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