Es una técnica manual suave, relajante y no agresiva que ayuda a detectar y corregir los desequilibrios del sistema craneosacral que puedan ser causa de disfunciones, dolores y problemas.
Tiene sus raíces en la osteopatía, la cual se basa en tres principios.
La estructura y la función están recíprocamente interrelacionadas, o sea que el modo en que la estructura del cuerpo se mantiene afecta al modo en que funcionamos y viceversa.
El cuerpo es una unidad integrada, tanto en su estado de salud como de enfermedad, es decir que una parte del cuerpo afecta a otra, o a todo el conjunto.
El cuerpo es capaz de autosanarse. El cuerpo tiene las capacidades innatas de curarse si se dan las condiciones adecuadas para que los mecanismos de curación se manifiesten.
Dentro del sistema craneosacral se difenrencian cinco aspectos fundamentales:
Fluctuación del Líquido Cefalorraquídeo (LCR). Este líquido baña el Sistema Nervioso Central (SNC) y se descubrió que expresa una pulsación sutil, como un movimiento en forma de marea. Este líquido desempeña funciones de protección del encéfalo y la médula, absorbiendo y distribuyendo las fuerzas internas y externas, también elimina sustancias de desecho y llega a todos los espacios intercelulares del cuerpo humano, por lo que juega un importante papel en todas las funciones orgánicas. Cualquier fuerza aplicada a esta superficie liquida se transmite de igual manera en todas los direcciones, teniendo por límites las membranas meníngeas, especialmente la duramadre, la cual tapiza toda la pared ósea de la bóveda craneal, por lo que se les transmite las tensiones a esta membrana y la dinámica del LCR y mantiene un movimiento continuo.
Motilidad inherente del SNC. Este movimiento continuo de los tejidos mismos del SNC da la apariencia de que respiran y lo hacen en un movimiento rítmico con la marea del LCR.
Sistema de Membranas de Tensión Reciproca (MRT). Esto significa que las membranas intracraneales e intraespinales, en especial la duramadre, que con sus uniones en el agujero occipital y en el sacro, mantiene una relación del cráneo con el sacro ya que al no tener apenas elasticidad, todas las tensiones, restricciones o falta de movilidad se expresará en cualquier punto de este sistema de membranas. También la duramadre es el límite del LCR, por lo que también recibe las variaciones de presión que este ejerza sobre ella.
Movimiento de las suturas craneales y aun más dentro de sí mismos.
Movimiento involuntario del sacro entre los iliacos de la pelvis. No se produce por su implicación articular como al andar o al doblarse, sino por la unión del sistema de MTR.
Algo más que resaltar de la duramadre es que también está unida al tejido conjuntivo del organismo, por lo que las tensiones pueden ser también transmitidas al exterior del sistema craneosacral. Algo muy importante ya que, este tejido conjuntivo, o ”fascias” si son un cierto número, tienen el mismo origen embriológico y funciones comunes teniendo diversas características (Aponeurosis, tendones, ligamentos).
Están todas en conexión, formando una tela de araña en el cuerpo que se insertan directa o indirectamente en el contorno del cráneo y de la columna vertebral. Contienen microtúbulos que permiten la circulación del LCR y poseen múltiples funciones metabólicas, circulatorias, neurológicas de defensa y funciones mecánicas relacionadas con el sistema músculo esquelético, afectando a la estructura del cuerpo. Están sujetas al sistema craneosacral y transmiten este movimiento a todo el organismo.
Por eso el organismo hay que verlo como una unidad funcional, ya que cualquier alteración al nivel que sea afectará al conjunto.
¿EN QUE CONSISTE ESTA TÉCNICA?
Consiste en evaluar mediante un contacto sutil la potencia y calidad del sistema sacrocraneal, que está formado por todos estos puntos que hemos visto anteriormente.
Estos ritmos, pulsaciones, patrones de resistencia y congestión nos informan del funcionamiento de la persona en su totalidad.
Si una parte de este sistema, sufre a lo largo de nuestra vida desde el momento de la concepción, experiencias vitales, como tensiones, problemas emocionales, golpes etc., pueden quedar retenidas en los tejidos, en la estructura corporal y en la mente, restringiendo el fluir del Impulso y la fuerza de vida biodinámica que conlleva.
Normalmente los métodos usados para liberar estos patrones retenidos, se centran en cambiar desde fuera adentro, realizando cualquier tipo de actividad fuera del cuerpo para que se produzca el cambio dentro de este, en el enfoque biodinámico de la Terapia Craneosacral Biodinámica (TCSB) permite que la liberación se produzca de dentro afuera, ya que nos permite realizar un trabajo a un nivel profundo del organismo, para que este se perciba también por fuera.
Lo que se consigue es, no producir dolor, con lo cual no despertar el sentido de alarma y poder escuchar, la historia que está contenida en el cuerpo sin intervenir en el proceso que se esté dando en ese momento, así el organismo se ve escuchado profundamente y no manipulado, por lo que se facilita el proceso corporal de constante búsqueda de la armonía. Estos ritmos corporales en TCSB los llamamos “mareas” y nos muestran información muy valiosa sobre cómo está funcionando el cuerpo, su nivel de vitalidad, si permanece aquietado o excitado y si dispone o no de los recursos suficientes para poderse adaptar a la situación presente, ya que nuestra intención nos es tratar tan solo las dolencias recientes, sino escucharlo de una forma global que nos muestre con claridad las prioridades de cada momento y las causas que los sustentan.
Allí donde no se perciben con claridad estos ritmos o lo hacen de una forma diferente nos muestra el lugar donde el sistema, está trabajando para adaptarse a las circunstancias o procurando el cambio. Es la zona donde posiblemente se han acumulado las tensiones físicas o donde se han somatizado las emociones o pensamientos, tal vez, es donde se acumulan toxinas, adherencias, cicatrices, etc. Estas zonas del organismo no siempre coinciden con la zona de la que se queja el cliente, pues en muchas ocasiones, una cosa son los síntomas que se presentan y otra distinta son las causas que los generan y en dónde se ubican.
¿CÓMO ES UNA SESIÓN?
Se comienza con la exposición del cliente de los motivos que le traen, problemas físicos, emocionales y/o mentales, o una mezcla de ellos. Se amplía con una serie de preguntas, si no nos las ha contestado ya, y se pasa a la camilla, lo más frecuente es que no sea necesario quitarse la ropa, por lo general se tumba boca arriba, pero según el caso, podría ser incluso sentado en una silla. Para evitar sobresaltos, ser consciente del proceso y estar informado, se le comunica al cliente cada paso que se vaya a dar.
Se suele empezar por un contacto ligero en los pies, pero se puede empezar en cualquier lugar del cuerpo, a partir de este primer contacto, nos iremos desplazando a otros puntos, en función de lo que el organismo, como director del proceso, nos vaya mostrando, ya que él regula todas nuestras funciones básicas, el que mejor conoce como se produjo la alteración y quien nos puede mostrar el mejor camino.
Para percibir estos ritmos corporales, se necesita un estado de escucha que requiere mucha atención por lo que generalmente no se hablará mucho y cuando se haga, será en un tono más bien suave, aunque se irá preguntando por el estado en general, por las sensaciones físicas, emociones asociadas, o bien puede ser el cliente quien exprese sus sensaciones y se puedan comentar.
Al terminar la sesión en camilla, se puede dedicar un poco de tiempo en comentar lo sucedido o experimentado. Suele quedar una sensación muy agradable de tranquilidad y de alivio.
Los efectos son a un nivel profundo, puede que el cuerpo necesite descansar o, por el contrario, sentir una gran energía.
Por lo que si es posible, se recomienda esperar un tiempo prudencial antes de realizar actividades brusca o de tensión y no ingerir bebidas alcohólicas, estimulantes, ni grandes cantidades de comida.
Es conveniente permanecer relajado, atento a uno mismo, para poder escuchar tus propias necesidades, ya que el proceso no concluye con la sesión, porque al basarse en los mecanismos naturales de autocorrección, continúa más allá de acabar la sesión.
En niños y ancianos está especialmente indicada la TCSB, por sus suavidad y además en los niños y bebes tienden a responder a un nivel más profundo, ya que están más cerca de su cuerpo y de su sabiduría natural.
Las sesiones con los niños-bebés también se pueden hacer jugando o de una forma más distendidas para que no se sientan “violentados”.
¿EN QUE PUEDE AYUDAR LA TCSB?
La TCSB puede ayudar en muchos casos, ya que ayuda al cuerpo a volver a su ser, quitando los obstáculos que impiden el buen funcionamiento del organismo y creando las condiciones para ello.
Por ejemplo:
Problemas Musculoesqueléticos y de la Estructura corporal:
Alteraciones Neurológicas.
Alteraciones Inmunológicas.
Problemas Emocionales.
Estas patologías normalmente mejoran o se resuelven totalmente como resultado de la TCSB.
El número de sesiones varía mucho de paciente a paciente y depende de cada uno. Lo habitual es que en dolencias agudas, la frecuencia sea en periodos más cortos hasta que se vaya normalizando la situación, para irlas alejando progresivamente hasta que se encuentre el cambio esperado. Y en casos crónicos las sesiones se pueden espaciar durante más tiempo.